
El pecado carcomer nuestra vida y la devasta en el dolor hasta la muerte, pero en Cristo podemos resolver este mal
Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un defensor, que es Jesucristo, y él es justo. Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados; y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo. 1 Juan 2:1-2 (DHH)
La gracia de Dios nos asiste en medio de nuestras debilidades, y aún en medio del pecado somos socorridos por la obra redentora de Cristo; todos los que han pecado pueden recibir el perdón de manera gratuita e inmediata, porque Cristo es el que intercede por aquellos que se arrepienten de sus pecados, Sólo Cristo puede lograr que seamos librados del castigo por el pecado.
Sin embargo, reconociendo la gracia inmerecida de Dios debamos procurar que nuestra vida honre siempre a Dios, debemos vivir una vida de humildad y obediencia ante Dios, y que todos nuestros actos muestren la obra de Cristo en Nuestras vidas, y que nuestra forma de ser testifique que somos hijos de Dios eternamente agradecidos por su bondad.
La presencia del pecado es real en la vida, algunos hacen oído sordo a esto, o viven bajo una falsa piedad. En otros casos actúan de manera farisaica, es decir, creen que son dignos de todo porque están intactos por el pecado, y por otra parte son capaces de levantar piedras contra alguien que visiblemente cometió una falta. Hay que tener cuidado con este tipo de vidas, todos requerimos tratar con nuestros pecados, todos requerimos ser perdonados y fortalecidos en Cristo Jesús, para que de esa manera podamos resolver nuestros problemas de pecaminosidad.
Dios ha hecho, hace y hará todo lo necesario para que podamos enfrentar con victoria el pecado
…no nos ha dado el pago que merecen nuestras maldades y pecados; tan inmenso es su amor por los que lo honran como inmenso es el cielo sobre la tierra. Nuestros pecados ha alejado de nosotros, como ha alejado del oriente el occidente. Salmos 103:10-12 (DHH) Sólo en Cristo puedes calmar tu situación dolorosa por el pecado, es solo Dios por el sacrificio de Cristo que puede arrancar el pecado que se pega como cáncer para carcomer nuestra vida y devastarla en el dolor hasta la muerte.
No importa que tan negros o rojos sean nuestros pecados, Dios resuelve esto con el perdón cuando nos arrepentimos: Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Isaías 1:18 (RVR 1960). Pero esto también significa que no debemos pasar por alto el poder que el pecado tiene y sus consecuencias, es por eso que a través de Cristo podemos resolver el problema, el venció el poder del pecado y el pagó por nuestra culpa.
Que Dios te ayude a reconocer tu pecado y te convenza para buscar el perdón, que siempre acudas a la gracia de Dios para fortalecerte y para procurar victoria siempre por sobre el pecado y así ya no vivas más siendo esclavo de la maldad, que ahora encuentres en Cristo el perdón y una nueva vida.
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