No hay que avergonzarse de sufrir por Cristo

Los que padezcamos los sufrimientos de Cristo también participaremos de su gloria.

Pero, si alguien sufre por ser cristiano, que no se avergüence, sino que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo. Porque es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios; y, si comienza por nosotros, ¡cuál no será el fin de los que se rebelan contra el evangelio de Dios! «Si el justo a duras penas se salva, ¿qué será del impío y del pecador?» Así pues, los que sufren según la voluntad de Dios, entréguense a su fiel creador y sigan practicando el bien. 1 Pedro 4:16-19 DHH.

Que ninguna cosa difícil que nos sobrevenga nos haga estar humillados por satanás, por personas o circunstancias, debemos estar con la cabeza en alto, confiando que el Señor ve nuestra causa y que lo que ahora vivimos pronto pasará. Esto no se trata de orgullo ni de arrogancia, es humildad total ante Dios, pero un carácter espiritual firme ante las adversidades que se levantan como enemigos de Dios y de sus hijos.

Nunca dejemos que las enfermedades, las carencias, las pérdidas u otras cosas nos hagan avergonzarnos de nuestra fe y de Dios. Aunque en esos momentos personas o satanás cuestionen nuestra comunión con Dios, nuestra fe o la existencia misma de Dios, debemos responder con una actitud de gozo de paz y de esperanza, con la certeza, que estamos viviendo los mejores tiempos, porque con todo eso Dios hará que seamos mejores y más enriquecidos con la riqueza celestial.

Debemos ser cocientes de los padecimientos que sufren los fieles, pero también de la fidelidad de Dios que nunca nos falla; Dios cumplirá todas sus promesas y su propósito en nosotros. Los que hacen lo malo siempre se quejarán de lo malo que les sucede y responderán al mal con el mal, porque no tienen amparo, ni consuelo y ninguna esperanza, pero nosotros, no seremos sorprendidos ni destruidos por las pruebas, porque Dios nos acompaña siempre.

La Biblia también dice:

Pues por Cristo hemos podido acercarnos a Dios por medio de la fe, para gozar de su favor, y estamos firmes, y nos gloriamos con la esperanza de tener parte en la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos de los sufrimientos; porque sabemos que el sufrimiento nos da firmeza para soportar, y esta firmeza nos permite salir aprobados, y el salir aprobados nos llena de esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado. Romanos 5:2-5 DHH

Así que no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, que por su causa soy prisionero. Al contrario, tú también, con el poder de Dios, debes soportar sufrimientos por el evangelio. 2 Timoteo 1:8 DHH

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