
Que nuestros planes sean de inspiración divina, para que actuemos bajo los planes y propósitos de Dios.
“Dios hará prosperar nuestros planes y propósitos si nos mantenemos dentro de su norma, si tenemos como prioridad su glorificación, nuestra edificación y un servicio fiel.”
Es buen tiempo para hacer planes, pero debemos procurar que sea el Señor quien nos ayude a determinar nuestros proyectos,
porque Él sabe lo que realmente es lo más conveniente, además de que, nos ayuda para no apartarnos de su voluntad, y para centrar nuestra vida en sus planes y propósitos.
Dios no solo nos ayuda a planificar, también nos provee todo para poder lograr nuestros proyectos, y lo más importante, es que nos ayuda para no deshonrarlo en lo que hacemos. De Dios viene la sabiduría, para decidir correctamente. Esta sabiduría se obtiene a través de la oración, escudriñando las Escrituras, y en la búsqueda del buen consejo.
Al establecer nuestros planes y propósitos debemos tomar en cuenta algunas cosas fundamentales; que Dios sea honrado, que nosotros vayamos en el camino de la santidad, que no interrumpamos nuestra vida devocional y de servicio, que nuestra familia no sea descuidada y que realmente disfrutemos lo que hagamos, al ejercitar los dones, talentos y oficios, que Dios nos ha dado para desarrollarnos en la vida.