Clamemos a Dios por su presencia para que nos salve y nos renueve

Dios quiere que sea restaurada nuestra posición delante de Él, que nada nos separe, y que además, nuestra vida  sea renovada para que vivamos disfrutando los derechos como sus hijos.

Dios es el único que puede hacer que nuestro corazón sea como el suyo, que podamos anhelar sus mandamientos más que a  cualquier otra cosa y que toda nuestra vida esté dispuesta voluntariamente obedecerle. Dios es el que puede cambiar nuestro corazón, y también puede hacer que nuestra vida sea deleitosa en medio de cualquier calamidad, porque su presencia manifiesta hace que su gloria nos llene de vida eterna. Debemos humillarnos ante Dios y confesar nuestros pecados, agradecerle y pedirle que su presencia nunca nos deje solos.

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