Con la sabiduría de Dios podemos ser prósperos

Que Dios nos de fortaleza y sabiduría para trabajar con honestidad y esfuerzo, que quite de nosotros toda pereza y negligencia, que nos ayude para ser emprendedores y productivos, para que la labor de nuestras manos sean abundantes.

“Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.” Proverbios 6:6-8 RVR1960

La sabiduría para ser prósperos en todo viene de Dios, Él la da a todos los que la buscan a través de la comunión en su presencia. La sabiduría se manifiesta desde nuestro interior y su principal característica es temor reverente y obediente a Dios, de esta manera llaga la prosperidad en todo, porque Dios honra a quienes le honran.

Cuando vivimos bajo el temor de Dios y desarrollamos nuestro oficio para su gloria somos bendecidos, cuando hacemos todo conforme a la palabra de Dios somos prosperados en todo. Entiéndase como prosperidad ser gratos delante de Dios, porque es lo que realmente nos hace sentir bien, nos da satisfacción y seguridad en todas sus promesas.

Dios nos provee lo necesario para la vida diaria a través del ejercicio de nuestras capacidades y habilidades, por eso no podemos ser perezosos, más bien, con su ayuda debemos ser los mejores. Por ejemplo, el carpintero que hace todo para la gloria de Dios, actuando con esfuerzo y honestidad, seguramente será exitoso en su trabajo, y  tendrá mucho trabajo y la provisión diaria. Pero si este carpintero es flojo y mediocre y trabaja con deslealtad ¿cómo podrá pedirle la provisión a Dios para él y para su familia si no está actuando correctamente?

Actuar con sabiduría en nuestra labor cotidiana nos hace provisores, pero también organizados; provisores, porque siempre tenemos que cuidar tener para mañana sin caer en el afán o en la avaricia. Un día ya no tendremos la fuerza que hoy tenemos, tal vez hoy podemos abstenernos de algunas cosas y guardar para el día que ya no tengamos mucha fuerza. Además, el que el sabio sabe que para comer hay trabajar.

Ser organizados nos permitirá, tener el tiempo necesario para ministrar en la iglesia como miembros del cuerpo de Cristo, porque recordemos que si estamos en Cristo somos miembros de su cuerpo y como tal, tenemos deberes no negociables y que no debemos descuidarlos, porque si los descuidamos por ocuparnos solo en lo material no podremos ser exitosos, además que Dios nos reprochará por nuestra irresponsabilidad.

Debemos invertir tiempo en la oración y en el estudio de la Palabra, porque haciendo esto no solamente habla de nuestra dependencia en Dios, sino que, realmente a través de estos ejercicios cristianos nuestra fe crece, somos edificados y recibimos así la sabiduría de Dios para ser exitosos y prósperos en la vida.

No podemos apartarnos ni  a la izquierda, ni a la derecha, no podemos menospreciar estos medios indispensables para crecer. Podemos dejar de hacer muchas cosas, excepto esto, porque es como si un pez renunciara a estar en el agua. Recordemos que primero es el reino de Dios, y así Él nos bendecirá en todo lo demás.

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