Dios nos ayuda a estar firmes en su camino

Debemos orar con toda humildad y disponibilidad para que Dios nos ponga en el camino que debemos andar, y para que allí nos sostenga con su mano poderosa, que nos de sensibilidad para irnos guiando por su voz y la fortaleza necesaria para resistir la travesía. Que por el impulso espiritual de Dios avancemos siempre sin apartarnos de su verdad, porque sólo mediante ella podemos prosperar en nuestro andar diario y en la vida eterna, ya que su palabra siempre nos muestra a Cristo como el único salvador.

«Pedirle a Dios que nos ayude a mantenernos en su camino es algo que no podemos descuidar, ya que frecuentemente satanás busca desviarnos a través de sus artimañas y mentiras. Por otra parte, también debemos considerar que en esta vida es muy difícil mantenernos firmes en la verdad de Dios, a menos que Él nos sostenga con su mano poderosa. Es muy difícil, porque un creyente sufre adversidades ya que el mundo está contra Dios, y por lo mismo contra sus hijos, y en este camino Dios demanda fidelidad y entrega total.»

La palabra de Dios es la que nos guía en el camino que debemos caminar, porque Dios nos creó con un propósito y nos dejó su palabra para que sea el manual de nuestra vida, para que vayamos sólo en la dirección correcta, cosa que nos hará andar el dicha tan grande, aunque nos toque pasar tramos difíciles, pero en esos momentos Dios nos sustentará con su gracia y nos hará fuertes y valientes para resistir y avanzar sin que caigamos derrotados o bajo el temor.

Cada promesa de la palabra de Dios nos alienta a mantenernos confiando en él, y cada mandamiento nos permite dar pasos firmes, puesto que Dios siempre bendice y fortalece a los que sujetan su voluntad a él y de manera reverente buscan obedecer.

Dios es el que nos puede dar pies fuertes para cruzar cualquier sitio complicado, porque seguro estamos que nuestro peregrinar aquí en el camino de Dios tiene tiempos de aflicciones, pero confiamos que Dios nos dará pies ligeros, y que nos infundirá fortaleza para resistir, nos hará reposar en Él para que nuestros pies no se cansen hasta resbalar.

Con Dios podemos subir las montañas, conquistar lo más alto, y siempre vamos siendo dirigidos de manera perseverante a nuestra gloria final, porque parte de las promesas que tenemos, es que aquí en este mundo no está nuestra morada final.

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