Las bendiciones de Dios son el testimonio de su presencia en nuestras vidas, a través de las maravillas que realiza en nuestro entorno familiar y en todas nuestras labores cotidianas, muchos bendecirán su nombre santo, ya que nosotros, sus hijos, aun en las adversidades viviremos bien, porque Dios nos prospera en todo.Las bendiciones de Dios son seguras en todo tiempo, porque su presencia es permanente.
No hay un solo instante en el que Dios no nos manifieste su tierno amor. A través de tomar la enseñanza divina para nuestra vida diaria tenemos la promesa de que todo lo que hagamos nos saldrá bien y que hará prosperar nuestro camino, es por esto que debemos confiar en Dios, y tal confianza nos debe llevar a la oración y, a tomar su Palabra como verdad, pero no solo en cuanto a las promesas, sino también en aquello en lo que se nos demanda obedecer.
Dios sabe lo que es conveniente para nuestra vida y para nuestra familia, por ello debemos pedirle siempre con mucho ruego, que tenga misericordia de nosotros y que guíe nuestros pasos por el camino de la abundancia de cosas materiales, pero principalmente, por el camino de las riquezas espirituales. Siempre debemos anhelar con todo nuestro corazón, que tengamos la determinación para que en todas las jornadas del día, para nosotros lo más importante sea glorificar a Dios, de esta manera nunca nos faltaran sus bondades.
No hay ni una sola cosa que necesitemos y que Dios no la tenga, por eso debemos vivir tranquilos, que el afán y la ansiedad sean reprendidos por la presencia de Dios, porque solo basta con pedir a Dios y él nos responderá, y cualquiera que fuere su respuesta, seguro nos hará estar bien. Toda nuestra familia debe saber que Dios está entre nosotros, y que en cada paso que damos, también nos respalda, y por lo mismo, siempre debemos honrarlo todos los días de nuestra vida y en todo.