
El poder de Dios y su amor nos garantizan el mejor refugio, el cual es Dios mismo; su poder es la garantía de que puede darnos realmente seguridad en cualquier adversidad y su amor nos asegura que quiere ayudarnos, porque nos ama con infinito amor.
Cada mañana nos refleja que nuestra vida está sostenida por Dios y que es imposible vivir sin su protección, por esto, todos los honores y la gloria deben ser para Dios, quien nos brinda todo lo necesario para que nuestra vida no esté sin amparo ante el mal.
Somos conscientes que la angustia siempre estará presente en esta vida, pero con Dios que hace escudo alrededor nuestro vamos a superar todo hasta que nos reunamos eternamente con él. Clamemos a Dios con confianza, busquemos su poder y su amor, pero también adoremos, porque así jamás estaremos expuestos para ser destruidos por el mal.
Nuestra vida debe ser movida siempre a la gratitud y a la sujeción a Dios, porque aunque hoy vivimos una terrible crisis en su momento él nos dará la salida, por esto mismo debemos saber, que peores cosas pueden venir al mundo, por lo que siempre tenemos que aprender a depender de Dios, con la confianza que él nos puede guiar por el bien aún más allá de la muerte.