
Si Dios ha hecho todo para salvarnos, esta salvación también incluye todas las bendiciones cotidianas que necesitamos para estar bien, es por eso, que su presencia siempre nos será manifiesta pese a los tiempos malos, en esas ocasiones de tribulaciones nos dará a conocer la salvación.
En este mundo todos sufrimos; los pobres, los ricos, los pequeños y los grandes, en fin, por el sólo hecho de ser humanos y vivir en este mundo padecemos, porque un día el mal entró en nuestra vida, y por esta causa, Dios maldijo la tierra. Sin embargo, Dios es quien nos salva de esta maldición en Cristo Jesús, y nos ayuda a soportar todas las aflicciones. Dios carga con las cargas que son muy difíciles que podamos soportar, nos ayuda a perseverar hasta el final, por eso le adoramos con todo nuestro corazón y reconocemos que es digno de todo el honor, ya que no solamente somos hechura suya, sino que también, por su amor nos adoptó como hijos.