
“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Palabra de plena confianza)
“Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró.” Lucas 23:44:46 RVR1960
Hasta el último momento en vida, y envuelto en el dolor más a atroz que hombre alguno había experimentado, Jesús muestra confianza y dependencia en su Padre.
Y seguro por su fidelidad a lo pactado, Él entrega su espíritu, sabiendo que después de cumplir fiel la encomienda, él no quedará en el olvido y en el polvo, más bien será llena de la gloria.
Estas palabras de Jesús también nos recuerda lo que algunas veces dijo: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” Juan 14:2-3 RVR1960
Jesús nos enseñó con esto, que para los que creemos en él morir es ganancia (Filipenses 1:21). Nos enseña fidelidad y obediencia a Dios, pero sobre todo, nos mostró que su obra redentora fue completada a la perfección y que aplicada a nuestras vidas nos otorga la salvación.