Preocuparnos excesivamente afecta nuestra vida

Confiar en Dios es saber actuar en la vida con su ayuda, y del mismo modo, es dejar que él actué en lo que sólo a él le corresponde, pero es también, dejarnos guiar en la vida conforme a su voluntad y propósito.

Nada logramos con angustiarnos en aquello que no nos corresponde hacer, o en lo que nos es imposible. Aferrarnos en aquello que nos es imposible nos afecta en todos los aspectos de nuestra vida, y nos desenfocamos de nuestras responsabilidades y posibilidades.

En estos casos debemos dejar todo en las manos de Dios, y debemos pedirle todo lo necesario para que nos ayude a estar en óptimas condiciones en el ejercicio de nuestros deberes. Ninguna preocupación nos hace lograr nuestras expectativas o anhelos, el ocuparnos si lo hace posible, pero claro está, el ocuparse en lo que es alcanzable conforma a las capacidades que Dios nos ha dado, lo demás él lo hará.

Cuando buscamos la ayuda de Dios, nos asiste en todos los aspectos de nuestra vida, porque siempre tiene cuidado de sus hijos. Si Dios ha abierto camino en Cristo para que lleguemos a su presencia, es lo que tenemos que hacer como algo urgente y necesario en nuestra vida diaria para estar bien.

Es por eso que la Biblia dice; que Dios nos dará conforme a sus riquezas en Cristo, que con Cristo somos más que vencedores, y que siempre vamos de victoria en victoria. Por lo tanto, sin la intervención de Dios en nuestras vida nunca dejaremos de vivir siendo presa de la sobre preocupación.

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