Dejémonos instruir por Dios y hará de nosotros lo mejor

Un corazón temeroso de Dios es esforzado en la fidelidad, lo cual hace que tengamos como prioridad la consagración a Dios, para vivir siempre en la verdad madurando cristianamente.
«Esta es una oración que lleva consigo el anhelo más noble de una persona, quizás es la plegaria que contiene como deseo lo más valioso que pueda recibir un hijo de Dios, pero a la vez, esta petición va acompañada de un compromiso y de la decisión por estar en una estrecha relación con Dios, ya que nadie puede hacer esta oración sin reconocer en verdad la necesidad de Dios en la vida y si no se tiene un conocimiento claro de quién es Dios.»
A todos nos es conveniente dejarnos guiar por Dios en el camino de la verdad que conduce a la gloria, Cristo es este camino, él es la verdad, y de hecho, es la vida. Dejarnos conducir por Dios es tomar la actitud de mansedumbre, para que mediante la palabra y por el Espíritu Santo vivamos en verdad la vida justa que Dios espera de nosotros, por ello necesitamos la fe, por lo que entonces, también nuestra plegaria deber ser como la de los discípulos; “Señor auméntanos la fe”. Solo por la fe podemos dejarnos llevar por Dios.
Cuando prestamos atención a la palabra de Dios, y al ser convencidos por el Espíritu Santo, él trata con nuestro corazón, de tal manera que somos santificados, nuestra vida puede ir siendo integrada conforme a la voluntad de Dios, de tal manera, que llegue a ser íntegra desde lo más profundo de nuestro ser. Este debe ser nuestro anhelo y nuestra búsqueda diaria mediante todos los medios que Dios nos ha dado, tal y a como ya lo hemos mencionado.