A pesar de andar por caminos torcidos y lejos de Dios, él no nos deja allí, pues siempre nos envía el evangelio, y convencidos por el Espíritu Santo nos saca para gozar de la vida eterna. Cuántas veces nos hemos apartado de Dios, nos ha vuelto a su gloria.
“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.” Jeremías 6:16 RVR1960
Si hoy nos sentimos muy mal por estar apartados de Dios, si nuestra vida está bajo miseria y dolores por el pecado, confiemos que Dios nos perdona y nos hace disfrutar el gozo de su perdón y de su gracia, que también nos restaura y nos coloca en el sitio adecuado para estar en comunión con él.Si después de haber caminado con Dios y de haber andado conforme a su corazón por el evangelio, hemos caído, o nos hemos retirado del buen camino que lleva al Padre y a la gloria celestial, hoy aún tenemos la oportunidad de volver. El camino está preparado y la puerta está abierta; Cristo es el camino y la puerta y, además, seremos recibidos con los brazos abiertos si hoy venimos a Dios.La vida fuera de Cristo es agobiante desde el alma, pues quizá el cuerpo esté bien, pero jamás el alma hallará descanso y satisfacción duradera en los placeres del mundo o en las posesiones materiales, siempre se necesita a Cristo morando en nuestro ser y guiándonos en la voluntad divina. La vida que es contraria a Dios está muerta espiritualmente y llevada por el diablo a destrucción eterna, aunque ahora engalle, que con él la vida es siempre placentera y deleitosa. Por eso es por lo que, hay caminos que al hombre le parecen derecho, pero su fin es camino de muerte. Pongamos nuestra fe en Cristo, porque él es el único camino para la vida eterna.