Somos probados para tener una fe más activa

Todas las pruebas que sufrimos no son por casualidad o porque Dios no pudo detener lo que vino contra nosotros. Debemos tener la plena convicción que Dios rige todo y que todo está planeado para bendición de sus hijos.

«Nada sucede por obra del destino, todo procede de la mano del todopoderoso, y no es que Dios sea el autor del mal, pero incluso, si el mal entró en el mundo es porque lo permitió, ya que la raza humana estaba capacitada para no pecar, además se le advirtió de las consecuencias, por eso es por lo que al final el hombre y la mujer quedaron bajo la maldición del pecado.»

En esta condición pecaminosa hemos podido conocer el amor de Dios, pues de ahí nos ha sacado con gran misericordia. Así que Dios siempre hará que estemos bien pese a cualquier momento difícil. A través de las pruebas nos permite experimentar su presencia salvadora, la que nos fortalece y nos provee lo necesario para estar bien, y de esta manera aprendemos a confiar más en él, y así vamos perseverando en medio de cualquier tiempo.Dios nos da exactamente lo que nos hará bien espiritualmente, aunque en algunos casos en lo físico y en lo material debamos padecer. Hay veces que los truenos aterradores anuncian buenos días lluviosos. En otras ocasiones el Señor nos lleva tras pedregales para posicionarnos en pastos verdes y aguas tranquilas, porque podemos disfrutar más el agua después de haber vivido una jornada de sequedades. Así que, la prueba siempre será un proceso de refinación de nuestra fe y de nuestra vida, lo cual no solamente nos da calidad de vida, sino que también es la vida que en verdad es disfrutable tanto hoy como en el futuro.

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