La condición caída del ser humano lo hace incapaz de caminar por el camino correcto, necesitamos la ayuda del Espíritu Santo para caminar por el camino de la verdad el cual es Cristo, mismo camino que nos lleva a la comunión con el Padre celestial y de ese modo caminamos con Dios y conforme a su corazón.
«En nuestros pensamientos, decisiones y acciones necesitamos ser regulados por la palabra de Dios e impulsados por el Espíritu Santo. En todo esto se refleja la condición espiritual de una persona, pero también la calidad de vida presente y futura, ya que el que no dirige sus pasos anhelando hacer la voluntad de Dios no puede disfrutar la vida verdaderamente, ni ahora, ni en el tiempo venidero.»
Siempre podemos caminar en firmeza, seguros y hacia un final glorioso cuando no negociamos la verdad de Dios revelada en su palabra, porque ella nos muestra a Cristo como el único medio para ser libres del pecado, para agradar a Dios y recibir sus bendiciones. Y es que siempre nos encontraremos tentados a oír la voz mentirosa de satanás, quien nos ofrece la vida conforme a este sistema mundano, y que nos dejemos llevar por los impulsos del corazón, sin embargo, el fin de este camino es la muerte eterna.
Debemos buscar en clamor la ayuda de Dios para que seamos dóciles y nos dejemos enderezar tanto en la vida como en la dirección de nuestra vida. Necesitamos tener el verdadero conocimiento, pero también la decisión y la convicción para vivir conforme a esta verdad, pues el evangelio es conocimiento, poder y vida en nosotros, así podemos vencer la fuerza del mal que busca desorientarnos para destrucción, mas Cristo nos dirige correctamente para salvación eterna.