El retorno de Cristo traerá consigo completa felicidad para los creyentes, primero porque el solo hecho de mirarlo cara a cara producirá un impacto de gozo, pero además, porque la resurrección o la transformación nos despojará de lo mortal e incorruptible para entrar de manera personal a su gloria celestial.
“La bendición de la salvación es por los favores inmerecidos de Dios, y por esto, todo lo que nos dará como recompensa es por los logros de Cristo en la cruz y no por nuestras obras. Sin embargo, todo lo que hacemos Dios lo recibe y lo espera como respuesta a sus gratuitas bondades.”
Pero también en todo lo referente a la segunda venida de Cristo debemos reaccionar como quien recibe un comunicado de alerta, y por lo mismo, debemos actuar con urgencia para estar listos en ese gran día. Porque si ciertamente el regreso de Cristo para unos significa entrar a la vida más dichosa, para otros tendrá como resaltado la exclusión eterna de cualquier bendición, para ser lanzados al castigo eterno cual la mente incluso es incapaz de imaginar en cuanto al dolor que esto implicará.Si el mensaje es que pronto será este gran momento es porque no debemos dejar para mañana lo que debemos hacer hoy como parte de nuestro deber cristiano, y además, debemos prestarle mucha atención a nuestras obras porque ellas hablan de quienes somos en lo interno, de la presencia o no de Cristo en nuestra vida y del ejercicio de nuestra fe o de la indiferencia ante el salvador. Del mismo modo, nuestras obras son un indicador de lo que recibiremos como recompensa en la segunda venida de Cristo, ya que precisamente el pagará a cada uno según lo que haya hecho.