No es por nuestra capacidad o fuerza, es por la gracia y el poder de Dios mediante el evangelio, por eso no dependemos de nosotros si no de Dios, y ante el pecado y las tribulaciones nuestra suficiencia está en el evangelio, por él tenemos segura firmeza y victoria. Tampoco es que merezcamos lo mejor, sino lo peor, pero Dios en su gracia infinita mediante Cristo nos ha dado lo mejor y siempre nos ofrece todas las cosas, por eso es por lo que al poner la fe en Cristo podemos disfrutar permanentemente de sus bondades.
«La verdadera sabiduría es la celestial, la que nos hace reconocer a Dios como creador y a Cristo como salvador, la que nos ayuda a decidir y a vivir guiados por el Espíritu Santo para la gloria de Dios y siempre buscando lo eterno, lo que nos asegura la vida futura con Dios cuando este mundo y nuestro cuerpo terminen aquí.»
Lo más importante no es la manifestación de nuestra fuerza, sino la experiencia del poder de Dios en nuestras vidas, porque sólo por él podemos ser libres del poder de satanás y nos saca en Cristo de debajo de la maldición del pecado, nos libra de la muerte eterna como castigo por nuestras maldades.La acción de Cristo en la cruz es el acto sublime del amor de Dios, y no se puede comprender con la mente humana cómo es posible que alguien se deje martirizar para darnos gozo, y cómo por la muerte de uno recibamos la vida. Lo que Dios decide hacer en la cruz es lo que nadie más podía hacer por nosotros, porque con ello nos reconcilió consigo mismo, por esto es por lo que la salvación es obra divina, porque incluso, el convencimiento para creer en lo que Dios hizo en Cristo nos llega como un don del cielo. Así que, la gloria en todo es para Dios y no para los hombres.Al final, quien no reconozca el amor de Dios y quien rehúse aceptar a Cristo y su obra rechaza el evangelio y con eso la posibilidad de la salvación. La indiferencia ante Dios muestra la necedad del mundo, aunque el mundo diga todo lo contrario, puesto que el necio es el que dice en su corazón que no hay Dios, que no necesita de nada ni de nadie porque lo tiene todo y lo puede todo.Pero también, es necio todo aquel que dice que Dios existe, pero lo niega con sus hechos, viviendo irreverentemente. Pidamos la sabiduría del cielo y dependamos del poder de Dios para vivir la vida en fe, disfrutemos la gracia de Dios por lo que hoy somos en Cristo y vivamos para su gloria.