Cuando aprendemos a esperar en Dios podemos sentirnos seguros aun en los momentos tormentosos, porque tenemos la certidumbre de que Dios controla la tempestad y que en cualquier momento dirá ¡Sea la paz! Porque incluso, Cristo es el príncipe de paz y reina en los corazones de quienes hemos recibido la fe del cielo como un don para creer en él, y por él relacionarnos con Dios. Si hoy tenemos vida no somos obra de la casualidad y, además, tenemos un propósito en donde impera el poder y la gracia de Dios en Cristo.
“El cuidado y la ayuda de Dios ha sido siempre, pue él es el autor y sustentador de la vida. Cuando reconocemos a Dios en nuestra vida y lo honramos como corresponde aprendemos a vivir mejor, experimentamos el sentido de la vida y podemos recibir de su gracia la vida eterna, lo cual nos da dicha ahora, con la esperanza de la plenitud gloriosa en el futuro. Sólo hasta que aceptamos que el origen de la vida esta en Dios y que hay un propósito maravilloso podemos estar bien.”
Si Dios nos prestó atenciones y cuidados en el vientre de nuestra madre así lo hace ahora mismo, sin embargo, hay que aprender a buscarlo con una actitud de humildad y agradecimiento. Humildad, porque debemos aceptar que sin él la vida no existiría ni tendría sentido vivir, aunque claro está, hay quienes desean no haber nacido, pero este es el caso de quienes precisamente, no reconocen su origen en Dios el cual nos ofrece todo por amor para que disfrutemos vivir.Debemos ser agradecidos porque nuestras vidas están en las manos de Dios y nos ayuda en cada momento para que tengamos lo necesario. Por esto es por lo que hay que aceptar que todas las cosas son para su gloria, y por lo mismo nosotros vamos a disfrutar más de él, cuando dispongamos nuestro corazón para glorificarlo en todo, cuando determinemos buscar su ayuda y depender de él, para así desarrollarnos en esta vida, haciendo todo como un culto a su nombre y buscando los mejores tesoros de cielo, renunciando a este mundo que se opone Dios.Estando en el vientre de nuestra madre Dios nos quiso para su gloria y lo mismo quiere ahora que estamos fuera del vientre, cuando podemos creer que Cristo es nuestro salvador, porque de esta manera somos salvos. Dios nos perfecciona y perfecciona nuestra alabanza, la cual recibe con amor y nos edifica y bendice como respuesta. Que nada nos desanime para vivir en esta vida y para hacer todas las cosas conforme al deseo y propósito de Dios, porque él es poderoso y bondadoso para sustentarnos como lo ha hecho de generación en generaciones.