Dios sacia nuestra vida

Nuestra confesión de que Dios es nuestro Dios es la negación de que no hay otros dioses como Dios, pero también es la expresión de una convicción práctica, ya que al creer en Dios también lo disfrutamos, nos relacionamos y podemos buscar en él todas las cosas que necesitamos. La pobreza del alma es por la ausencia de Dios, pero se ha manifestado a nosotros a través de Cristo para llenarnos de su presencia y disfrutarlo en cada instante. Nacimos para estar cerca de Dios, por eso la agonía mas grande en la vida humana es el distanciamiento de Dios.

“La prioridad en nuestras vidas debe ser Dios, porque lo necesitamos para tener esperanza, recibir la liberación del mal de este mundo y porque la dirección para esta vida está en él, si es que queremos seguir su voluntad y disfrutando de sus bendiciones. Pero también Dios debe ser lo más importante, ya que nuestra adoración le corresponde y todas las cosas hay que realizarla para él, en ello está el éxito y el gozo de todas las cosas en el desempeño de nuestros roles.”

Todos los días necesitamos las bendiciones de Dios, pero también todos los días deben ser nuestros reconocimientos y honores para él, porque la vida es de su propiedad, la fuerza y todo lo que necesitamos cada día. En cada lucha, logro y retos que se nos presentan debe estar Dios siendo nuestro sustento, por eso es por lo que, si somos indiferentes a Dios en esta vida la pasaremos mal, y en lo venidero no tendremos ninguna esperanza ni alegría, si no juicio e ira, porque la indiferencia humana nos lleva a pecar contra Dios y a oponernos a sus buenos propósitos.

La vida siempre sentirá los efectos de la ausencia de Dios, por eso llegamos a sentirnos insatisfechos y podemos ser manipulados por el mal para buscar en otra parte lo que sólo Dios puede darnos. Si no es Dios la fuente de todas las cosas buenas que la vida necesita, aunque le demos mucho al alma siempre seguirá seca, sedienta, y en camino a la muerte eterna, es decir, a sufrir la separación total de Dios, sujetos a su juicio y eterno bajo maldición por el pecado. Hoy nuestra vida necesita experimentar primeramente el perdón y el gozo de la vida eterna y esto solo proviene de Dios.

Compartir