Orar es platicar con Dios, manifestando actos de agradecimientos, obediencia, así nuestra vida puede ser satisfecha en las necesidades. La fe con la que nos acercamos a Dios a través de Cristo antes que anhelar cosas, se relaciona con Dios y busca que el alma encuentre paz. Esta fe nos lleva a una vida dedicada a Dios siempre, siendo siervos de su reino, y así vendrán todas las cosas añadidas con lo más importante que necesitamos para estar bien.
Busquemos siempre la presencia de Dios con la oración, porque el se manifiesta sin medidas a quienes desean contarle sus necesidades, porque, aunque él lo sabe todo, el creer que nos puede ayudar y el reconocimiento de quién es, muestra la fe en Cristo, quien nos relaciona con Dios, nos garantiza la ayuda de Dios y es en su nombre que podemos encontrarnos con Dios en oración. Recordemos estas palabras: “Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.” Juan 14:14