En las páginas de la Biblia siempre vamos a encontrar a Dios revelado en palabras y acciones, así nos muestra su ser y hacer. Dios también revela su carácter y propósito, por eso es por lo que, el mensaje de la Biblia nos señala claramente a Cristo. Como Dios busca darse a conocer, las paginas de la Biblia nos van a centrar en Cristo, pues él es la revelación especial de Dios y su medio perfecto de relación y salvación.
“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,” Hebreos 1:1-3
Esta revelación de Dios es la base de nuestra fe, porque precisamente lo que se anunció del Salvador se cumplió perfectamente en la muerte y resurrección de Cristo. Así queda evidencia de la existencia de Dios, de su revelación y de la veracidad de su plan redentor en Cristo. Nuestra fe no es vana, porque somos convencidos por la verdad de Dios y además tenemos una relación con él, que nos hace vivir y sentir esta verdad.
La verdad de la revelación de Dios y de su existencia, para nosotros los creyentes no es solo un conocimiento intelectual, sino que es la razón de la vida, porque siendo Cristo la revelación especial de Dios, él es en nosotros y está con nosotros. Cristo es nuestra vida y el sustento de la vida. Cristo es nuestra naturaleza, nuestra mente, él es nuestra carne y sangre. Tengamos presente que Dios existe, está presente y no esta callado, por eso hoy tenemos el evangelio que corre por todo el mundo. Cristo nuestro Salvador es el Mensajero y el mensaje de Dios, por eso él es el fundamento de nuestra fe. Cristo nuestro Salvador es la revelación y relación perfecta de Dios.