En esta vida siempre nos encontraremos con las pruebas, aunque en algunos casos Dios nos permitirá ver como evita adversidades antes de que seamos tocados. A pesar de que las pruebas son inevitables no debemos desanimarnos ni entristecernos, porque Dios nos capacita para enfrentarlas, y porque con ellas Dios nos capacita para perseverar en fe hasta la segunda venida de Cristo.
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:2-4
El propósito de Dios al permitir las pruebas es para afirmarnos en Cristo y para disfrutar más de Cristo. Ninguna prueba puede impedir que Dios actúe para nuestro bien, por el contrario, Dios teniendo el control sobre nuestras adversidades las canaliza para bendición. Por esto mismo, debemos alegrarnos en las pruebas, no por la presencia de las pruebas, sino por la presencia de Dios y por su manifestaciones y resultados en el crecimiento de nuestra fe al obrar maravillosamente, y porque así somos perfeccionados en Cristo.No debemos temer al fracaso por causa de las tribulaciones de esta vida, no nos desalentemos cuando nos toca sufrir, porque el propósito de Dios es para nuestro éxito a su manera y para que estemos más llenos de vida. Por lo tanto, cuando estemos padeciendo hay que tomar en cuenta todos los medios que Dios nos ha dado para asistirnos en su gracia, estos son los medios que nos hacen enfocarnos en Cristo, por lo que recibimos el poder para resistir y vencer. Cada prueba nos ayuda porque así podemos sentir más la necesidad de Cristo y para ser más como él, por lo cual no nos faltará nada para encontramos con él en su gloria.Las pruebas son usadas para que podamos conocer nuestra fe, ya que cuando llega la adversidad al reaccionar ante ella queda revelada nuestra fe. Pero también, en el ejercicio de nuestra fe para resistir activamente ente la prueba, la fe se desarrolla, se pule y nos permite confiar más en los resultados de la cruz de Cristo, por lo que se disfruta más plenamente la salvación mientras perseveramos hasta el final. Gocémonos en las pruebas al conocer más nuestra fe y al ver su crecimiento.