Trabajemos con la bendición de Dios para que sea grande la cosecha

Dios nos da entendimiento, capacidades y fortaleza para trabajar, por esto es por lo que, todo aquel que es humilde delante de Dios debe clamar a él y buscar todas estas cosas para ser prósperos en la vida, para tener el pan de todos los días y así mismo, para glorificar a Dios con nuestros bienes. De Dios viene la dirección para saber qué hacer en la vida y para hacer todo bajo obediencia, así no le causaremos mal a nadie y glorificaremos a Dios en el modo de lograr las cosas, a la vez que, estos logros serán bendiciones de Dios.

«La persona sabia aprovechas las oportunidades que Dios da en la vida, administra correctamente los recursos, usa el tiempo de manera eficaz, por eso también será precavido para que en cualquier tiempo cuente con lo necesario para el sustento. Dios nos concede tiempos para el trabajo y nos capacita en esto, porque también llegan los tiempos en lo que ya no se puede laborar, sin embargo, al usar correctamente todo lo que Dios nos da para ser productivos, como bendición de Dios tendremos lo necesario para vivir.»

No hay que confundir la pereza con el descanso, porque el descanso después de trabajar trae alivio al cuerpo y satisfacción al alma, además, que se puede ver y disfrutar el fruto del trabajo. Sin embargo, la pereza trae aflicción al alma, debilidad en el cuerpo y pobreza, y por lo mismo, en esta condición la vida no se disfruta en el presente, ni mucho menos cuando llega el tiempo en el que ya no se puede obrar. Hoy que podemos trabajar, hay que hacerlo con esmero y con alegría para que en el tiempo de la cosecha el gozo sea más grande.

No esperemos tener recursos si no trabajamos, no pensemos que Dios nos va bendecir aunque no trabajemos, porque parte de las bendiciones son las oportunidades, las temporadas y las capacidades, para que así nos prospere con la provisión necesaria. No pasemos vergüenza como consecuencia de la negligencia, no seamos carga para nadie, mejor, pongamos manos a la obra para que Dios nos bendiga y nos use para bendecir a otros que en verdad necesitan, no por flojos, sino porque esa es la voluntad de Dios. Trabajemos con la bendición de Dios para que sea grande la cosecha.

 

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