Dios piensa en nosotros y desea nuestro bien

Nuestro estado de ánimo puede cambia, nuestra condición de vida puede ser diferente y nuestra tristeza puede convertirse en gozo cuando llegamos a tener la confianza en Dios y el conocimiento de lo que él hace en la vida de quienes se humillan en su presencia, reconociéndolo como Creador y como el único que nos salva por medio de Cristo y que ha prometido todo lo que necesitamos para esta vida y para la venidera. Es así como en cualquier necesidad nuestra en este mundo, ante cualquier situación difícil y aún a pesar del pecado podemos disfrutar vivir conforman el propósito de vino.
“Debemos aprender a depender de Dios, porque él se preocupa por nosotros y se ocupa de nosotros, lo ha demostrado desde la creación del mundo, pues no solamente creó todas las cosas, sino que es el Dios de toda providencia, ha provisto todo para que podamos vivir teniendo lo suficiente.”
Aun cuando el ser humano pecó contar a su Creador, nuestro buen Dios nos proveyó al Salvador, a Cristo el Señor para que hoy seamos salvos de toda condenación y maldición, y esto no es porque lo merezcamos, sino sólo porque Dios ha pensado en nuestro bien. Por esto es por lo que, ante todo debemos buscar la ayuda de Dios para ser liberados del mal, para tener vida eterna y para perseverar en esta vida como peregrinos mientras nos reunimos con Cristo nuestro Salvador.
Sí hoy sentimos que no podemos más con la angustia que tenemos encima y si vemos que nuestras necesidades van creciendo, acerquémonos a Dios por medio de Cristo el Mediador, así nos fortalecerá para soportar o cambiará nuestra situación, suplirá nuestras necesidades espirituales y nos colocará en una condición de vida en la que nos sentiremos mejor, ya sea en lo mucho o en lo poco. Dios quiere también, que le demos toda la gloria y la honra, ya que para eso fuimos creados, y porque cuando hagamos esto gozaremos de él para siempre.
Que satanás no nos engañe haciéndonos pensar que nadie tiene interés por nosotros y que estamos solos. Que se nos vaya de la cabeza la idea de que todo está perdido y no hay esperanza, porque, aunque en realidad, en nosotros solo hay necesidades e insuficiencias, Dios nos está ofreciendo todo de manera gratuita, nada más hay que confiar y depender creyendo en Cristo y aceptando sus méritos en la Cruz del calvario, porque precisamente fue en la Cruz del calvario en donde Dios a través de Cristo manifestó que está pensando en nosotros y en nuestro bien, y tiene como propósito nuestra salvación.