
Con la llenura del Espíritu Santo somos llenos del poder del evangelio. Por el poder del Espíritu Santo somos convencidos de lo que en verdad implica el evangelio en nuestras vidas. Sin el poder del evangelio, por medio del poder del Espíritu Santo no podría suceder nada en nuestras vidas, porque no podríamos experimentar la fe en Jesucristo, por lo mismo no tendríamos ninguna utilidad en el reino de Dios. Pero también, lo cierto es que el Espíritu Santo es la petición de Cristo al Padre, y todo lo que el Espíritu Santo hace posible es por el evangelio.
“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.” Hechos 1:4-5RVR1960
Todos los creyentes debemos aprender a ser dóciles ante el poder del del Espíritu Santo, debemos anhelar esta llenura, y permaneciendo en el evangelio podemos cada día recibir la influencia espiritual que necesitamos para ser transformados, para aprender obediencia y para ser usados de manera efectiva en el mundo, pues el propósito es que seamos testigos hasta lo último de la tierra.Hay que recibir la llenura del Espíritu Santo por fe y obediencia, porque se necesita creer que Dios cumple todas las promesas, pero, además, hay que tomar siempre la palabra del evangelio, en la cual debemos poner toda nuestra vida, para que así la palabra del evangelio se valla cumpliendo en nosotros, y precisamente, así podemos tener esta experiencia de la llenura del Espíritu Santo.La llenura del Espíritu Santo es algo que debemos anhelar, esperar, buscar y provocar a través de nuestra seguridad en el evangelio. Que seamos envueltos cada día por el poder del Espíritu Santo para permanecer en Cristo, para disfrutar a Cristo y para compartirlo hasta lo último de la tierra. No hay mejor cosa que quedar atrapados por el Espíritu Santo para ser establecidos en el evangelio.