En la disciplina de Dios nunca estará ausente su amor

Podemos desanimarnos por la falta del conocimiento sobre porqué Dios permite que lleguen a nuestra vida situaciones muy difíciles. No nos sentiremos bien cuando no entendemos que Dios trata con sus hijos para que crezcan saludables y maduren, y que lo hace aprovechando las circunstancias difíciles. Algunas veces pensamos que Dios crea el mal para hacernos sufrir, cuando en realidad, ante la existencia del mal Dios obra para salvarnos y para que en todo momento gocemos de él para siempre.

“y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él; Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?” Hebreos 12:5-7 RVR1960

Dios no necesita de ningún momento o acontecimiento difícil para que su gracia obre en el plan de nuestra salvación y en el desarrollo de nuestro carácter cristianos, más bien, como en esos momentos nosotros necesitamos la ayuda de Dios él se manifiesta con su poder y gracia, así es como podemos conocerlo más y podemos conocer más el evangelio para tener comunión con Dios aprendiendo a depender de él y siendo agradecidos.Creamos que en todo lo que sucede Dios tiene el control y que su amor por nosotros no cambia. Por lo tanto, en estos momentos debemos aprender lo que Dios quiere enseñarnos y debemos recibir lo que nos quiere dar. La obra de Dios para perfeccionar a sus hijos no parará, por eso hay que estar seguros de que Dios siempre hará que cada circunstancia sea una plataforma para logros y resultados espirituales en la vida su pueblo. Los buenos propósitos de Dios no son destruidos por el mal, Dios destruye el mal o a pesar del mal él avanza en sus planes para salvarnos y para que estemos bien en todo.La disciplina de Dios no es un trato de rechazo o desamor, es la manifestación del Padre celestial que quiere una vida sana para sus hijos, es la manifestación de Dios quien nos ha hecho coherederos con Cristo y que en algún momento permitirá como bendición, que tengamos algunos padecimientos como su Hijo Jesucristo. Toda corrección de Dios debe ser recibida con gratitud y esperanza, porque lo único que quiere para nosotros es nuestro bien y que participemos de todas sus bendiciones y promesas en Cristo Jesús. Dios por amor siempre nos disciplinará, y con su amor nos sostendrá en esos tiempos difíciles de disciplina.

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