Dios nos pide que seamos valientes porque el carácter del cristiano tiene que ser firme y estable, claro está, esto no significa que caigamos en la soberbia, porque nuestra valentía depende de la confianza por la presencia de Dios y de toda la ayuda que nos brinda para enfrentar las adversidades.
«La vida humilde y mansa delante de Dios es bendecida con la protección y la fortaleza de Dios para perseverar en victoria en medio de todos los tiempos difíciles y ante el enemigo que siempre nos acecha. Quienes caen bajo la sombra del miedo no son perseverantes ni positivos, y a la vez, esto es el resultado de la desconfianza, porque cuando no se conoce a Dios y tampoco se profundiza en su obra, no hay formas de estar seguros. Podemos confiar en Dios cuando lo conocemos y nos relacionamos con él.»
No tengamos miedo a nada porque si Dios está con nosotros quiere decir que nos ama, y la manifestación del amor de Dios es a través de Cristo, quien murió en la cruz para quitar nuestro pecado y condenación. Dios puede estar a nuestro lado, podemos tener comunión con él y disfrutar sus favores porque Cristo es nuestro Mediador, él logró todo para que disfrutemos de la presencia de Dios en lugar de ser castigados y destruidos.No desmayemos ante nada porque el Dios todopoderoso es nuestro Dios, él nos ha hecho suyos por la sangre de Cristo, él tiene el control de todas las cosas y siempre desea nuestro bien. Que nada nos haga vivir una fe pasiva, sino que procuremos estar activos amando a nuestro buen Dios, viviendo para su gloria y disfrutando todas sus bendiciones, porque siempre nos acompañará, nos fortalecerá y sustentará.