Dios nos provee por medio de Cristo todo lo necesario para que podamos enfrentar al maligno. Nuestra batalla espiritual es si o si, no hay para a donde hacerse, por eso debemos seguir adelante con la seguridad de poder vencer a satanás, porque nuestra victoria está garantizada en Cristo, ya que él ha derrotado a satanás con su obra en la cruz del calvario, con la que nos ha salvado.
«Lo que Dios nos da para vencer es completo, es decir, con Cristo no nos falta nada para ser victoriosos. Cristo es lo único que necesitamos, él es suficiente y necesario; no es Cristo y algo más, ni existe la posibilidad de otro medio para que salgamos adelante en la lucha espiritual, porque solamente Cristo ha sido designado por Dios para darle a satanás el golpe en la cabeza.»
Satanás es el más fuerte que solamente puede ser despojado por uno más fuerte. Para esto vino Cristo, para deshacer las obras del maligno, para derribar su imperio y para que así nosotros seamos libres de este poder destructor. Satanás busca que los que aún no creen en Cristo sigan así, para que continúen separados de Dios, y procura interrumpir la comunión de todos los que hemos creído, pero si nuestra fe está en Cristo, él no podrá lograr su propósito.Los planes de satanás y sus demonios quedan cancelados cuando nos enfrentamos a ellos con la provisión espiritual de Dios, al aceptar a Cristo en nuestra vida como el camino que se abre por Dios para estar unido a él, cuando confiamos en la obra sacrificial de Cristo para que nuestros pecados sean perdonados, y cuando creemos que Cristo es nuestro Rey, y aceptamos su señorío en nuestras vidas confesando que ha quebrantado el poder de las tinieblas. Por esto es por lo que, solamente Cristo nos puede proteger del poder del mal para que seamos victoriosos.