Dios nos recibe y se agrada de nosotros por medio del sacrificio de Cristo

Dios recibió a Abel y su ofrenda porque siempre que vengamos a Dios por medio de Cristo seremos recibidos. Con la ofrenda Abel muestra su centralidad en el pacto, en la promesa que Dios hizo para salvarnos, porque sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados. Dios usó este acto de Abel para mostrarnos su plan salvador por medio de Cristo, ya que fue necesaria la muerte del inocente por nosotros los culpables.

«No importa cuales sean los actos religiosos de los seres humanos, si no aceptan el ofrecimiento que Dios ha hecho para borrar el pecado y quitar la culpa no se puede recibir la salvación. Las religiones son medios creados por los seres humanos para relacionarse con un dios, esto muestra que no está al alcance de las personas encontrarse con el verdadero Dios y creador, por eso es Dios quien nos ha provisto a Cristo como el camino y la verdad para volver a él.»

Las obras humanas nunca serán capaces de merecer la salvación y la aceptación de Dios, por esto mismo, el intento por obedecer a Dios y cambiar el comportamiento tampoco es la solución al problema espiritual del ser humano. Es solamente por medio de Cristo que el pecado es perdonado y cambiada la naturaleza pecaminosa, y ya en esta condición si se pueden manifestar obras que agradan a Dios y que ayuden en nuestra consagración. Así que sin la obra de Cristo es imposible que uno pueda agradar a Dios y recibir las bendiciones eternas.Hoy podemos adorar a Dios espiritualmente al creer en Cristo como nuestro Mediador por su obra en la cruz, podemos clamar y ser oídos. Por lo tanto, tengamos la confianza de que Dios siempre nos favorecerá, nos dará la victoria sobre el pecado y sobre satanás, porque precisamente por medio de Cristo estos males han sido quebrantados y Dios nos ha justificado por la sangre de Cristo, es decir, nos ha quitado la culpa y también ha roto las cadenas con las que espiritualmente nos tenía sujetos satanás. Pongamos nuestra confianza siempre en Cristo y sirvamos a Dios con todo nuestro amor.

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