Estemos contentos siempre en Dios y con alegría busquemos todo en él

Sigamos luchando con la ayuda de Dios para salir adelante todos los días, sigamos esperando en sus bendiciones y promesas en todas las cosas que hacemos con la confianza que nos proveerá aun en medio de las crisis más grandes. Que nada nos haga desmayar, que nada nos desanime, seamos esforzados en lo que nos toca hacer y vamos a ver la mano proveedora de Dios en nuestro sustento diario.

“Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.” Habacuc 3:17-18 RVR1960

El hecho de que Dios nos ha provisto la salvación debe darnos la seguridad de que nos dará todas las cosas que necesitamos conforme a su voluntad. Por esto también con mucha alegría debemos hacer todas las cosas esperando que Dios prospere la labor de nuestras manos, que nos ayude para ser siempre productivos con el propósito de glorificar su nombre en todo y con todo. Que las dificultades no nos amarguen, sino que en esos tiempos debemos valorar lo que poseemos en Cristo, lo cual es mejor que cualquier cosa material o física que nos haga falta.Si Dios nos hace pasar por pruebas eso sirve para que nos demos cuenta de nuestra condición espiritual, para que veamos la reacción que estamos teniendo ante el Dios majestuoso quien es digno de toda confianza y para que aprendamos a regocijarnos en las cosas espirituales a pesar de que estén ausentes muchas cosas materiales. Buscar y aceptar lo espiritual es fundamental también para recibir las bendiciones en lo material, porque Dios ha prometido añadirnos con lo espiritual las cosas que nos hacen falta.Nuestras circunstancias pueden cambiar, lo que hoy tenemos en lo material puede desaparecer en cualquier momento y no solo de pan vive el hombre. Es por esto por lo que nuestra esperanza debe estar en Dios y de él depende nuestra alegría, porque él es quien nos ha dado a Cristo para que espiritualmente seamos saciados y así también tenemos la esperanza para lo físico y material. Procuremos siempre estar contentos con lo que tenemos y también con alegría busquemos en Dios lo que nos haga falta, así con gozo vamos a disfrutar la vida con él, pese a cualquier situación difícil.

Compartir