Dios es el que sabe perfectamente lo que nuestra vida necesita, y él es el único que da la respuesta perfecta para que sanemos del mal espiritual, el cual es la raíz de todos los males en la vida. Dios quiere que estemos bien, por eso su obra en nuestra vida comienza desde lo interno hacia lo externo. De esta manera se da también la verdadera transformación. Si espiritualmente estamos bien esto es de gran bendición, ya que de esta manera Dios añadirá todas las demás bendiciones para la vida.
Dios debe ser para nosotros nuestro santificador y sanador, debemos creer que él siempre quiere obrar en nuestras vidas con su Espíritu Santo mediante lo que Cristo logró en la cruz con su sacrificio. Creamos a Dios cundo dice que nos ama y que en sus manos estaremos bien. Seamos humildes para reconocer que necesitamos la obra de Dios y que necesitamos vivir la vida conforme a su plan y propósito. Tomemos en cuenta esta palabra: «Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.” Proverbios 23:26 RVR1960