Sigue confiando en Dios

Dios no ignora tus lágrimas caídas cuando has padecido por todas tus pruebas, por eso debes esperar siempre su gracia bendita, porque esta, está destinada para quienes tienen fe y no reniegan ante la adversidad, sino que claman esperando el auxilio divino.

«Ahora mismo puedes acercarte al trono de la gracia de Dios y encontrar su misericordia y el oportuno socorro, porque Dios ha decretado bendiciones y puede siempre dar lo mejor a quienes con la fe se aferran a Cristo el Mediador único para ser bendecidos verdaderamente.»

No dudes de la presencia de Dios en tu vida, porque él no solamente te acompaña, sino que te reclama como suya y como suyo. Dios está al pendiente de tus tribulaciones, él gobierna en todo, y no permitirá que algo te supere como para que te aplaste y te destruya. Dios sabe lo que tú puedes soportar, porque además te capacita con su fortaleza para que seas victoriosa y victorioso.

Así que, no desmayes, ponte firme en Cristo, no te desanimes, avanza y que no decaiga tu fe, sino confía más, porque cada proceso en el propósito de Dios es para llenarte de las bendiciones celestiales y que son inalcanzables con el esfuerzo humano, pero que llegan por la fe en Jesucristo, la cual es aprueba de toda adversidad, y que, en lugar de desaparecer por la aflicción, es acrecentada.

Ten cuidado de no caer en el problema que muchos han caído, porque ahora se están preguntando sí por qué los he abandonado, sí por qué ya no escucho sus oraciones. Mantén en tu corazón la seguridad de que yo soy fiel y verdadero, y que todas mis palabras se cumplen.

Descansa en este momento creyendo que estás en mis manos, protegida y protegido y que te estoy dando la forma perfecta que yo quiero, por eso has sentido un poco de dolor, porque te he quebrantado, te he ablandado para darte la forma y la medida perfecta de mi Hijo Jesucristo. Así que, debes seguir confiando, porque yo estoy contigo, te veo y te escucho.

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