Cuando oramos a Dios él puede respondernos con su palabra, por eso podemos decir que orar es platicar con Dios, ya que por un lado clamamos con base en las promesas reveladas y porque Dios nos ayuda a comprender su voluntad conforme a su palabra. Dios nos ayuda a conocer lo que tiene para sus hijos y nos convence para creer por medio de la fe que todo eso es verdad y que nos llegará.
«Cada mañana es un tiempo de mucha gracia, porque podemos iniciar el día confiando en que no nos faltarán las misericordias de Dios, porque en todo estará obrando para nuestro bien, pese a que enfrentemos dificultades. Las misericordias de Dios no se agotan con el paso del tiempo, sino más bien se renuevan de día en día. Así que en cada despertar hay que agradecer y confiar.»
Como parte de bien que Dios busca para nuestras vidas, él tiene el deseo de guiarnos conforme a su palabra, por eso nosotros debemos ser sensible a su voz y hay que estar orando para que vivamos cada día tomando como norma la voz de Dios, quien es digna de confianza y de ser obedecida. Cuando nuestra vida está centrada en la palabra de Dios, de esa manera es como nos enfocamos en Cristo para esperar todo el bien de Dios, porque la palabra siempre nos muestra a Cristo como lo más importante.Pidamos a Dios que nos muestre su amor todos los días, pero también con toda la intención de vivir correctamente hay que rogarle para que nuestra vida esté sujeta a él, para que nos use conforme a su plan, y para que sea honrado con nuestra manera de ser y de hacer todas las cosas durante el día. Iniciemos cada día contentos porque la misericordia de Dios nos seguirá y porque Dios nos guiará para que estemos bien.