Cristo abrió el camino para que podamos acercarnos a Dios y recibir la ayuda que necesitamos en todo momento. Para que crezca nuestro agradecimiento y confianza, hay que saber, que no podríamos tener ningún favor de Dios si dependiéramos de nuestro esfuerzo para acercarnos a él y para merecer su ayuda. Es Dios el que nos mueve con la fe y nos bendice para que podamos hacer lo necesario en el propósito de que crezca nuestra fe y así estar en comunión con él.
«No dudemos que Dios tiene compasión de nosotros, es decir, Dios siempre está dispuesto para ayudarnos y nos espera para que recibamos su gracia, de tal manera, que nuestra vida reciba lo que necesita. Cristo ofrendó su vida para nuestro beneficio y como Dios aceptó esta entrega perfecta, por medio de él nos recibe y nos da las bendiciones eternas.»
Solamente Cristo es el mediador perfecto entre Dios y nosotros para poder acceder a la salvación, y a todo lo necesario para poder perseverar en gozo y servicio hasta que con Cristo moremos por siempre. No podemos estar lejos de Dios ni vacíos espiritualmente toda vez que Dios nos ha bendecido con Cristo para que en su comunión no nos falte el favor que necesitamos para que gocemos de Dios en lugar de sufrir su ira.El que verdaderamente está en la comunión con Dios disfrutando de su gracia, es porque ha dejado atrás todo orgullo y autosuficiencia, no camina más en la soberbia, sino que con total humildad y confianza cree que Cristo es la respuesta para su vida, ya que solamente por medio de él es que se restablece la comunión con Dios. Estemos en comunión y orando a Dios con la seguridad de que recibe nuestras oraciones y nos da la respuesta correcta y justo a tiempo.