Siempre hay que estar activos en la íntima comunión con Dios, ya que de esta manera podemos disfrutar su gloria y crece nuestra esperanza de la gloria celestial. Así como crece nuestra esperanza de ver un día la gloria de Dios de manera plena, también somos transformados conforme a su imagen, ya que sin santidad nadie verá al Señor. Dios nos da la forma que él quiere, comenzando en lo profundo de nuestro ser, por eso es por lo que, siempre hay que depender de Dios en el propósito de nuestra santificación.
Por medio de Cristo podemos ser unidos con Dios de manera espiritual, somos aceptados por él, y Dios obra en nuestra vida con el precioso evangelio, por eso al conocer más la Palabra de Dios vamos a conocer más a Cristo y así espiritualmente somos bendecidos porque tendremos más la seguridad de la gloria celestial y recibiremos bendiciones todos los días en la comunión con Dios.