
El ánimo verdadero para nuestra vida radica en la presencia manifiesta de Dios que nos provee y que nos protege. El disfrutar la presencia de Dios es por su gracia, ya que solamente cuando creemos en Cristo es cómo podemos volver a la comunión con él. Donde no está Cristo está la ira de Dios y la persecución de su justicia, porque de ninguna manera Dios pasa por alto el pecado de los seres humanos, si no han confiado en el sacrificio de Cristo.
«Dios es el que debe guiar nuestras vidas, hay que anhelar hacer su voluntad, por esto, nos corresponde prestar atención a Su Palabra y depender del poder del Espíritu Santo quien aplica la verdad en nuestras vidas para que practiquemos nuestra fe y vivamos conforme a la Palabra de Dios, la cual debe ser considerada como la única regla infalible que nos lleva a disfrutar las promesas y bendiciones de Dios, ya que la Palabra y el Espíritu Santo siempre nos mostrarán a Cristo.»
Ninguna adversidad o enemigo nos podrá impedir que conquistemos las bendiciones de Dios, bendiciones diarias y eternas, pues Dios siempre quiere que disfrutemos de él. Nunca se nos debe olvidar que la confianza es en Dios y no en nosotros o en algo más, porque es así como vamos a participar de la victoria de Cristo para perseverar y disfrutar de las promesas y bendiciones de Dios, ya que todos los días tendremos oposiciones, pues satanás no quiere que estemos bien.
Que no te domine el miedo ni el desánimo, cree que Dios nunca te dejará y tendrás la fortaleza de Cristo, pero debes ser responsable de cultivar la comunión con Dios reconociendo y confesando más a Cristo. Es muy importante que tu vida esté consagrada a Dios, ya que el que en realidad confía en Dios es porque sabe quién es Dios y por lo mismo, sabe que Dios se merece toda la alabanza y la honra. Si en verdad creemos que Dios está con nosotros, entonces debemos someternos a su presencia con temor y hay que hacer todo para su gloria. Así que, no tengas miedo y sigue adelante.