Como creador y salvador hay un solo Dios, a nadie más debemos adorar y sólo en el Dios creador debemos confiar y poner nuestra suficiencia y dependencia, él es el sustento que nuestra vida necesita, y por lo mismo en nadie más podemos buscar la salvación, porque el mismo que nos creó creó también planeo y decretó nuestra redención en Cristo.
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.” 1 Timoteo 2:5-6 RVR1960
El lugar que Cristo tomó voluntariamente, por un lado, le llevó a recibir la ira por la justicia divina que buscó el castigo del pecador, la satisfacción de la justicia divina sobre el culpable y la destrucción del pecado. Pero en la posición de mediador Cristo nos reconcilió con el Padre, nos unió a él e intercede por nosotros permanentemente por lo débil que somos, de esa manera nos ayuda en nuestras debilidades y por lo mismo nos hará perseverar como hijos del Padre hasta el final. Cristo conoció y experimentó nuestra condición, pues también sintió nuestro dolor, porque, aunque no pecó le hicimos pecado y por eso sin serlo murió como el peor de los malhechores, y de esta manera nos salvó.
La muerte de Cristo como rescate hoy debe ser anunciada, porque ese es el propósito de Dios para que muchos vengan al conocimiento de la verdad, pongan su fe en Cristo y de esa manera sean libres de la maldición del pecado y reciban las bendiciones de la salvación y de la vida eterna. Por Cristo, quien está en medio del Dios santo y del hombre pecador podemos recibir todos los favores de Dios cuando nuestra vida se vive confiada y sometida a él, cuando aceptamos que su nombre es salvación para nosotros y cuando por él oramos al Padre celestial.
No hay ningún otro medio que no sea Cristo para buscar la misericordia de Dios, todos los días y bajo cualquier circunstancia podemos acceder a Dios y a los tesoros celestiales si ponemos nuestra fe en Cristo. No necesitamos hacer más nada, sólo es creer y espera la misericordia de Dios.
Si ahora no tenemos ninguna bendición espiritual es porque no hemos orado, si aun satanás, el pecado y la muerte tienen poder sobre nosotros para destrucción es porque no hemos buscado la ayuda y la gracia que hace libre, restaura y protege en Cristo. Hagamos que hoy nuestra vida en Cristo disfrute de la salvación y de los favores de Dios todos los días.