El descanso en Dios comienza cuando nos sentimos perdonados, porque si el perdón para nosotros es una promesa en Dios a la que podemos acceder en Cristo, todas las demás cosas que Dios nos promete nos ayudan a estar en calma convencidos que Dios es fiel, conoce nuestra condición y hará que estemos bien a través del cumplimiento de sus promesas. Por nada nos afanemos, mejor busquemos todas las cosas en Dios y vivamos en un eterno reposo.
No reclamemos las promesas de Dios, adoptemos una actitud humilde, en el entendimiento, que nada buenos merecemos, y que tampoco nos ganamos las bendiciones, pero que en Cristo Dios nos ofrece por su gracia favores justo para nuestras necesidades.
Supliquemos a Dios en el nombre de Cristo ahora mismo lo que necesitamos, expongamos nuestras situaciones delante de él, aferrémonos a Cristo para recibir las promesas, tengamos confianza y esperanza en Cristo y Dios hará. Recordemos estas palabras: Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. Juan 15:7