
Nosotros valemos mucho para Dios, él nos creó y nos dio a un Salvador; Cuando Dios nos creó hizo lo mejor de nosotros, nada nos faltó y, además, creó todo lo necesario para nuestro existir, y cuando lamentablemente pecamos nos salvó por medio de Cristo. Por todo esto debemos confiados y agradecidos. La confianza debe ser parte de nuestra fe en Cristo y debemos agradecer por todo lo que hemos recibido, estamos recibiendo y recibiremos. Con la fe se recibe a Cristo y así mismo, se vive en servicio para la gloria de Dios.
«Nada ha hecho Dios como para que lo despreciemos o como para que nos busquemos en él todas las cosas que necesitamos. Tengamos presente que Dios suple todas nuestras necesidades, nunca quiere dejar al alma vacía, la sustenta con Cristo y también nos provee todo lo que el cuerpo necesita.»
No caigamos en la sobre preocupación, mejor seamos diligentes en nuestra ocupación para honrar el nombre de Dios, activos en el desarrollo de nuestros dones, talentos, oficios, profesiones y ministerios, porque Dios espera nuestra adoración y en ello nos dará la provisión espiritual, materia, eterna y cotidiana. Trabajemos con esmero, con honestidad con el propósito de darle a Dios lo mejor, porque Dios se lo merece, y porque también es una forma de buscar lo mejor en él.Si Dios cuida de las aves con tanto amor, él también nos cuida y ha manifestado cuanto nos ama, porque sin merecerlo nos dio a su Hijo para salvarnos y por medio de él nos bendice siempre. Estemos tranquilos todo el tiempo, porque Dios es el Dios soberano y de toda providencia, él lo puede todo, lo tiene todo, es bueno y prevé desde la eternidad todo para que no falte nada a sus criaturas.Si algo nos está faltando en este momento debemos preguntarnos, si estamos haciendo lo que nos corresponde, si estamos confiando en Dios y siendo agradecidos. Si a pesar de estar haciendo las cosas bien nos falta algo material, seguramente nos daremos cuenta de que Dios nos está enriqueciendo espiritualmente y estamos aprendiendo que no solo de pan el hombre vive. Recordemos cuanto valemos para Dios y confiemos que nos proveerá.