Dios siempre está obrando en nuestras vidas para manifestar su gracia y poder, de tal manera, que podamos experimentar la salvación y todas sus promesas, las cuales necesitamos que se cumplan en nuestras vidas como bendiciones diarias. Por esta razón, siempre debemos estar confiando en Dios y actuando con total esfuerzo en cuanto a nuestros deberes, para que en la comunión con Dios siempre nos sintamos llenos de vida.
«Amemos a Dios por sus bondades, porque todas sus obras siempre nos favorecen, y que nada nos haga estar desanimados, porque a pesar de las adversidades, Dios estará con nosotros ejecutando su plan y cumpliendo su propósito. La esperanza de que con Dios siempre estaremos bien y de que nuestro futuro está diseñado por él, nos debe alentar para vivir al máximo todos los días, haciendo todo para su gloria mientras disfrutamos las manifestaciones de su gran amor.»
Que ninguna tribulación te paralices, que el miedo no te domine y sal de esa condición espiritual de maldición, tomando en cuenta la gracia de Dios por medio de Cristo, porque es Cristo el Salvador que Dios nos ha dado y por quien ha asegurado todas las cosas buenas para nuestras vidas. Participa del poder del evangelio para que seas libre del mal, para vencer las adversidades y que así busques todas las promesas de Dios para tu vida.
Hay que cuidar que nuestro esfuerzo sea considerando todos los recursos espirituales que Dios nos ha dado, es decir, debemos usar de manera diligente todo lo que Dios nos ha concedido para buscar su ayuda, todo lo que nos lleva al conocimiento de la verdad y a la madurez cristiana. El evangelio es práctico en nuestras vidas y podemos experimentarlo siempre, por eso es que, la vida del cristiano siempre es activa y en crecimiento. No dudemos, que en la gracia del evangelio podemos estar animados, confiados y siempre esforzados y con ello viviremos bien.