El cumplimiento de las promesas de Dios muestra su fidelidad al pacto. Jesucristo fue prometido como el Salvador de nuestras vidas y nació en el tiempo señalado, de la misma manera, su muerte en la cruz se llevó a cabo justo en el tiempo decretado por Dios. Tengamos la certeza de que nuestra vida está segura en Dios y que sus bendiciones nos llegan de la mejor manera.
«El cumplimiento de las condiciones al pacto demandadas por Dios, él mismo las cumple por medio de Cristo, por esto podemos decir, que no falta nada para que todas las promesas de Dios llenen nuestras vidas, sin embargo, debemos creer en Cristo, porque justamente, fue Cristo quien derramó su sangre para sellar y cumplir con el pacto de Dios.»
Los méritos de Cristo hacen que tengamos siempre la obra de Dios como lo ha prometido, porque Dios a través de Cristo nos recibe, nos hace sus hijos y nos da todas las bendiciones espirituales, que nos permiten disfrutar de la eterna salvación. A pesar de no merecer nada bueno, y a pesar de no tener nada bueno, Dios manifestó su misericordia para sacarnos de la miseria espiritual y ahora poseemos lo más importante.Por todo esto, nuestra actitud delante de Dios debe ser de entrega total, es decir, debemos amarlo para siempre con todo nuestro ser. Esta práctica de fe y de amor es de bendición en la vida de nuestra familia, porque, a pesar de que la fe no se transfiere, sí nos convertimos en testigos de lo que creemos, y así nuestra confesión es usada por Dios para que nuestros seres queridos escuchen el mensaje del evangelio y crean en Cristo para salvación, y para que juntos disfrutemos de todas las bendiciones del pacto de Dios.