No desprecies el amor de Dios con el que verdaderamente puedes tener una vida maravillosa
En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo. Así ha dicho Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo. Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía serás adornada con tus panderos, y saldrás en alegres danzas. Jeremías 31:1-4 (RVR 1960)
Servir a Dios no es gravoso cuando realmente reconocemos el eterno y profundo amor con el que nos ha amado, cuando experimentamos en todo nuestro ser y en todo nuestro diario vivir, que aunque no lo merezcamos, Dios se ha hecho presente para llenarnos de todo don de gracia y misericordia.
Hoy es buen tiempo para que reconozcamos la benevolencia de Dios, para que disfrutemos su amor y su maravillosa gracia, hoy debemos corresponderle a Dios con todo nuestro ser para amarle y servirle con fidelidad, y seguro así también nuestra vida gozará cada día más de las bondades divinas.
Dios sacó a su pueblo Israel de Egipto para que hallaran reposo en el desierto. A lo mejor esto para mucho es absurdo, porque ¿qué reposo se puede encontrar en un desierto? ¿No es mejor Egipto con sus comidas y sus fiestas? Ninguna nación ha sido tan provista de manera milagrosa como Israel; comida, bebida, ropas y calzados no les faltaron en el desierto, siempre fueron protegidos, dirigidos y además Dios le entregó al remanente de Israel una tierra por la cual no trabajaron.
El mayor bien que podemos recibir es el amor de Dios, Él nos ofrece su amor, su amor nos basta. Por esto, debemos ser responsables y diligente en la comunión con Dios, porque donde esta Él está su mor y donde está su amor no falta nada de lo que realmente nos hace bien.
Lo cierto es que, tal vez muchos sean como algunos del pueblo de Israel que preferían a Egipto y sus comidas, ellos se secaron en el desierto, porque cuando andamos con Dios debemos aceptar lo que Dios nos ofrece, eso es lo mejor. Debemos quitar de nuestro corazón el deseo de lo mundano y carnal, porque eso es pasajero y contrario a la buena voluntad de Dios. El que ama el mundo y las cosas que están en el mundo el amor de Dios no está en Él.
Dios es bueno contigo, te ama mucho, así lo dice la Biblia:
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), Efesios 2:4-5 (RVR 1960). Si Dios por du amor te ha dado gratuitamente y sin que lo merezcas la salvación ¿Cómo no te dará lo demás que tú necesitas y que te haga verdaderamente bien?
Si hoy no te sientes amado, si sientes culpas, si te sientes mal ya no sigas con esa carga, porque Dios siempre perdona a quien busca su perdón, tiene misericordia de los que con humildad reconocen su maldad y se arrepienten: Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Salmos 51:1-2
Que Dios se deje sentir con amor y con misericordia en tu vida, que pueda hallar verdadero gozo en el amor y en la misericordia de Dios. Que hoy mismo también estés dispuesto/a a servirle a Dios con amor así como Él te ama, que hoy puedas ser una nueva persona llena de dicha y con un futuro maravilloso en el amor eterno y profundo de Dios, con el que te ha amado.