Podemos ser mejores personas

A la medida que con la ayuda de Dios seamos mejores personas también nuestra calidad de vida será mejor.

Todas las obras propias de la naturaleza pecaminosa deben ser obras muertas: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría. Porque Dios no dejará sin castigo estas cosas. Todo esto lo practicábamos cuando vivíamos para ello siendo esclavos del pecado. También debemos dejar en el pasado: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno y la mentira. Ahora debemos vestirnos de la nueva naturaleza que es conforme a la imagen de Dios. Colosenses 3:5-10

Cuando nuestra relación con Dios es sostenida de manera responsable y, cuando nos dedicamos a buscar constantemente una comunión creciente con Él, nuestra vida será diferente y, más parecida a la imagen de Dios y, el viejo yo será parte del pasado. Esto demanda nuestro interés y un seguimiento cristiano, en donde podamos hacer uso de todos los medios que Dios nos ha puesto a alcance para ir siendo transformados.

En la infinita gracia de Dios hemos sido apartados del mundo para su gloria, para salvación y por lo mismo, cada día Dios quiere ir completando en nosotros su obra perfecta hasta que seamos revestidos totalmente con la imagen de Cristo. Tomemos todo lo que Dios nos ha puesto al alcance para creer y crecer en Cristo. También debemos aceptar las tribulaciones como una bendición, porque mediante ellas somos probados para ser cristianos genuinos que honran el santo nombre de Dios.

La Biblia también dice: Según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. Efesios 1:4. Sino que así como aquel que os llamó es santo, así también sed vosotros santos en toda vuestra manera de vivir. 1 Pedro 1:15-16. Hoy es un buen tiempo para que la santidad de Dios sea más visible en nuestras vidas y no la vida carnal que nos trae miseria y perdición.

Nuestras oraciones: Que tu vida se cada día más digna de un hijo de Dios, que lo que somos y hacemos refleje características propias de quien es nuestro Padre celestial. Que tu iglesia o congregación sea una comunidad en donde a través de la Palabra se cultive el crecimiento cristiano y se refleje en todo tiempo la presencia de Dios y sus bendiciones.

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