Nuestro estilo de vida dependerá de lo que haya en el corazón

Si atesoramos la voluntad y propósitos de Dios en nuestro corazón, nuestra vida tendrá mucho valor y será productiva para su gloria. Lo mejor para nuestra vida lo encontramos caminando en la dirección de Dios, llevados por su Espíritu Santo y su palabra. Seamos responsables de lo que entra en nuestro corazón, porque eso es lo que impulsará nuestro corazón a la acción. Por esto es por lo que, si es la palabra de Dios y el Espíritu Santo lo que llene nuestras vida viviremos en armonía con el deseo de Dios.

“Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti. Bendito tú, oh Jehová; Enséñame tus estatutos.” Salmos 119; 10-12  RVR1960

Conforme  a lo que hay en nuestro corazón pensamos, hablamos y actuamos. Dios quiere que tengamos control sobre lo que hay en nuestro corazón y de todo lo que procede de él,  y la mejor manera de lograrlo, es siendo responsables y diligentes al procurar que siempre estemos atesorando el mensaje del evangelio, el consejo de Dios, sus estatutos y mandamientos. Esto hará que seamos más confiados, dependientes y obedientes en la vida diaria y en el desarrollo de todos nuestros roles.

Satanás y el mundo nos ofrecen un estilo de vida, por lo cual, buscan implantar en el corazón todo lo que nos haga actuar conforme a su propio sistema, de esto debemos cuidarnos permanentemente, y la mejor manera de hacerlo, es sosteniendo  una vida de devoción y sujeción a Dios a través de lo que dicta su Palabra.

Naturalmente por la caída humana tenemos deseos negativos, porque aunque ya estamos en Cristo y somos una nueva criatura, aún quedan residuos del mal en nuestras vidas, por eso cada día debemos estar ejercitados en la fe y en las buenas obras, sujetos a la voluntad de Dios y siendo llenos en el corazón de la santa palabra de Dios que liberta, y dependientes de la dirección del Espíritu Santo quien santifica y transforma.

Debemos anhelar la llenura del Espíritu Santo para que de nuestro corazón puedan fluir los frutos santos que honran a Dios y bendicen a nuestro prójimo, porque por medio del Espíritu Santo en lugar de odiar, daremos amor, en lugar de participar en pleitos, sembramos paz, así lo enseña la Biblia

“En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo esto.” Gálatas 5:22-23 TLA

Es así como al tener el control de todo lo que va al corazón y procede del él dependerá nuestra calidad de vida, y también de esto dependerá el propósito de nuestra vida. Ahora es el tiempo oportuno para que reine Cristo por el Espíritu Santo en nuestro corazón, nos implante la vida eterna y para que permanentemente estemos aprendiendo a vivir como él vivió. Siendo así también el gozo y la paz de Dios reinarán en nuestros corazones. Con un corazón como el de Dios glorificaremos siempre a Dios y el prosperará nuestra vida.

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