
Todo lo que nos sucede es porque Dios lo permite y Él nos ayuda a resistir.
“Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla.” 1 Corintios 10:13 DHH
Quizá usted, o alguien de su familia está pasando por una difícil prueba; probablemente está a puente de derrumbarse: si su fe esta fundamentada sobre la roca, tal cosa no va a ocurrir.
Hace algunos años, un mes antes de que se inaugurara el hermoso Auditorio de la Reforma en la Ciudad de Puebla, fui con un fotógrafo a visitar el edificio ya que deseaba hacer una reseña para la revista de la compañía en que prestaba mi servicio. Nos sorprendió ver una larga fila de camiones que descargaban costales llenos de algo. Pregunté a uno de los conductores que era aquello. “sé que es para una prueba, pero no se más. Ahí está el ingeniero, pregúntele a él”, me dijo. Lo hice. Me informó que era costales llenos de arena que iban a ser colocados en los asientos de la gradería. “Yo construí el auditorio estoy seguro de su resistencia pero el gobernador quiere comprobarlo y por eso estamos haciendo esta prueba”, me dijo.
Querido lector: si eres hijo de aquel que ha hecho cuanto existe y que te hizo a ti también, no hay duda alguna de que estas resistiendo esta y resistirás cualquier otra prueba a que te enfrentes. Jamás llegarás a desmoronarte. Pero, si no es así, este es el momento de pensar en el asunto y de poner en alguien tu confianza; en quien mejor que en el arquitecto Supremo que te conoce y que está allí, muy cerca, esperando tu clamor para auxiliarte y para no permitir que te derrumbes; confía, Él no permitirá que caiga sobre tus hombros más peso que el que puede llevar.