Un día estaremos con Cristo reunidos para siempre

Nuestra fe para vencer las aflicciones de este mundo y para esperar con paciencia a Cristo se fortalece a través de cada promesa que la Biblia nos señala, sin embargo, las palabras de Jesús sobre el motivo de su ausencia llenan nuestra vida de esperanza. Jesús asciende al cielo y la esperanza en él no sólo es por el lugar que nos promete en su gloria, sino también que, al ser recibido por el Padre significa, que nuestra redención fue perfecta.

«La fe en Cristo y en sus promesas nos mueve a la acción, pero también nos mantiene con gozo y con expectación sobre la mayor promesa de Dios del regreso de Cristo, cuando seremos glorificados, para dejar nuestra vulnerabilidad ante el sufrimiento, ya que estaremos con él siempre bajo la manifestación plena de su presencia.»

La promesa gloriosa de Cristo, es un consuelo esperanzador, porque aunque él no estará más físicamente, continuará presente a través del Espíritu Santo, además que, el motivo de su ausencia es el de ir a preparar un lugar para reunirnos con él y nunca más separarnos. Todos los que somos creyentes debemos animarnos a pesar de las fatigas en esta vida, porque tenemos el consuelo espiritual de Cristo y la preciosa promesa del descanso eterno, en el sentido de que jamás volveremos a toparnos con las adversidades, ya que su presencia será plena.

Esto debe avivar la fe de todos los creyentes, y para motivarlos a servir a Cristo mientras esperamos su regreso a la tierra para estar juntos por siempre. Ahora habrá mucha aflicción, pero vale la pena perseverar, y podemos lograrlo con nuestra fe puesta en él. Que nada nos mueva de la esperanza eterna, que las luchas ante las tribulaciones nos hagan aferrarnos más a Cristo, que tengamos plena seguridad que el que prometió también nos ayudará a perseverar para que al fin recibamos lo prometido. Tampoco nos afanemos por las cosas de este mundo, pues aquí estamos de paso y caminamos a murada final en la presencia gloriosa de Dios.

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