El que Dios prometa suplir nuestras necesidades, es porque puede hacerlo, su riqueza es gloriosa, es dueño del oro y de la plata y su infinito amor por nosotros ya fue demostrado a través de Cristo, quien también es la garantía de que Dios cumplirá la promesa de nuestra provisión para nuestro sustento. Esta promesa nos hace responsables de obedecer, confiar depender y de orar.
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Filipenses 4:19 RVR1960
Dios nos muestra su amor y maravilloso cuidado supliendo nuestras necesidades,
aunque no cumpla todos nuestros deseos. Nuestra confianza en la voluntad de Dios, es que Él nos dará lo que realmente nos haga bien, ya que nuestra voluntad no es perfecta como la de Él, y nosotros no sabemos lo que realmente nos ayuda para no interrumpir nuestro proceso de salvación y santificación.
Hay momentos en los que el silencio de Dios es su respuesta, o en la que su respuesta no inmediata es también la forma de comunicarnos algo, pero siempre actuará de manera maravillosa y gloriosa. El propósito de Dios en todo es que aprendamos a confiar en el para nuestra salvación, que vivamos su reino haciendo lo que es correcto y de la amera correcta, ya las cosas que necesitemos Él se encargará.