
El evangelio de Jesucristo, el cual es Cristo mismo es el que levantó nuestras vidas cuando estaban destruidas y arruinadas por satanás y por el pecado. Fuimos establecidos por él, en él y para él, con una vida nueva, y ahí debemos permanecer, creciendo con solides a través de su palabra para no ser corrompidos y derribados por el maligno. Así es como debe ser establecida, edificada, y cómo debe permanecer la iglesia de Cristo.
“Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.” 1 Corintios 3:10-11 RVR1960
Nadie tiene la autoridad para poner otro fundamento, o sobre edificar la iglesia en algún otro fundamento que no sea Cristo,
porque si edifican sobre algún fundamento extraño a Cristo y a su palabra, al final tal obra se desmoronará. También debe quedar de manifiesto, que el que intenta poner otro fundamento, o poner a la iglesia sobre otro fundamento, está atentando contra la iglesia, actuando contra de Cristo, y por lo tanto es enemigo de la cruz e instrumento de satanás.
El fundamento de la iglesia no son los profetas ni los apóstoles, el fundamento es Cristo, quien a su vez es el fundamento de los profetas y de los apóstoles, mismos que fueron elegidos por Dios. Mencionamos esto, porque en estos últimos tiempos es muy común oír decir, que tal o cual iglesia, es de tal o cual persona, dígase pastor, profeta, apóstol, etc. La iglesia solo es de Cristo, el murió por ella y él es su fundamento.
Para que la iglesia esté siendo edificada con firmeza, y para que permanezca para siempre, debe ser edificada con forme a la enseñanza de los profetas y de los apóstoles establecidos por Dios, y dicha enseñanza está revelada en la Biblia. Esta es la palabra que debe ser predicada en la iglesia, y la que la iglesia debe anhelar oír.
Cualquier grupo de personas por muy numeroso y pudiente que sean, si no guían sus vidas conforme a la palabra de Dios, si Cristo no es el fundamento, cuando venga el fuego del juicio toda esta obra será probada para ver cómo y sobre quien fue edificada.
Jesús mismo nos indicó que el que recibiera su palabra para guardarla es considerado como una persona sabía que edificó su casa sobre la roca, y cuando vinieron ríos y los vientos tempestuosos, y pegaron contra ella la casa no cayó, porque estaba sobre la roca. Pero el que no recibe la palabra para guardarla, es como una persona necia que edificó su casa sobre la arena, y cuando vinieron las tempestades la casa no soportó y fue arruinada. Es así como debemos edificar nuestras vidas y la iglesia, solo en Cristo, y debemos ir sobre edificando sólo a través de su santa palabra revelada en la Biblia.