No hay mejor regalo que la salvación que Dios nos da gratuitamente cuando creemos en Cristo, pero también, la esperanza de que toda la familia pueda recibir esta bendición.
“y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.” Hechos 16:30-34 RVR1960
Esta es la respuesta contundente y directa, sobre qué hacer para ser salvo.
Sólo Jesús nos puede salvar, nuestra fe debe ser puesta sólo en él, y nuestra comunión debe ser atendida con diligencia, ya que la salvación es algo que se disfruta aquí, pero al mismo tiempo es un proceso que dura toda la vida, pues siempre necesitamos ser transformados a la imagen del que nos salva, y para esto Cristo y su obra salvadora está a nuestro alcance todos los días.
La salvación con la que Dios nos favorece también estará disponible para los miembros de la familia, los cuales por la gracia de Dios pueden gozar de esta bendición, no porque la salvación sea transferible o hereditaria, sino que Dios siempre ha favorecido a la familia cuando él se manifiesta de alguna manera o por medio de algún miembro de la misma.
Claro está, para que la familia se salve debe haber conversión en todos, pero también debemos considerar, que en este contexto, cualquiera que ponga su fe en Jesús, por consecuencia se convierte en un testigo de este nombre, por eso es que todo miembro de la familia, debe tener fe y esperanza que Dios los bendecirá a todos, debe orar por este propósito, y además, debe ser luz de lo que Cristo hace en la vida cuando creemos en él. Seguramente, de esta manera Dios convencerá a la familia para que crean en Cristo y se salven.
Debemos ponerle todo el interés en que nuestra familia conozca y crea en Cristo, si nuestros hijos están pequeños debemos enseñarles con la Biblia y con hechos que Cristo es el único Señor y salvador.
Si los hijos están grandes nunca debemos de dejarles de hablar del amor de Dios en Cristo, lo mismo al cónyuge. Debemos orar con mucha fe y esperanza y seguramente la obra de Dios cumplirá con su propósito, no perdamos la esperanza aunque veamos a los miembros del hogar actuando en contra de Dios, ya que el evangelio es poder de Dios para salvar a cualquier incrédulo y pecador no importando su condición.
El que hizo esta pregunta se salvó, y con él toda su familia, porque creyó en Cristo y llevó el evangelio a casa, lo enseño teóricamente, pero también con sus hechos cristianos.