La buena instrucción en la palabra de Dios y en la fe durante la temprana edad siempre será lo mejor para el crecimiento saludable de los niños. Crecerán en estatura, en sabiduría y en gracia delante de Dios y de los hombres.
La fe en Dios se puede inculcar en los niños mediante la enseñanza de la Biblia y esto es lo mejor que podemos dejarles como herencia, ya que donde está Dios no faltan las bendiciones necesarias para vivir bien.No hay hogar más dulce y cálido para los niños, que aquél en donde se enseña a amar a Dios, en donde se recibe la sabiduría para toda la vida, la que tiene como principio someterse a Dios con gozo y de manera voluntaria, a la vez que se recibe la salvación por la gracia de Dios. Hoy es necesario que todos los padres tomen con seriedad el principio de instruir a los hijos en la palabra de Dios para que cuando sean grandes no se aparten de ella.APOYA ESTE MINISTERIO